Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

miércoles, 17 de octubre de 2012

¿POR QUÉ LA OBESIDAD ES UNA ENFERMEDAD?

La obesidad es considerada en la actualidad como una epidemia mundial, en adultos niños y adolescentes. Estudios recientes realizados en distintos países muestran que el 5-10% de los niños en edad escolar son obesos, y en los adolescentes la proporción aumenta hasta cifras de 10-20%.
El exceso de peso, como causante de morbilidad y mortalidad en el ser humano, es conocido desde hace más de 2.000 años. Hipócrates describió que “la muerte súbita es más frecuente en aquellos individuos que son naturalmente gordos, que en las personas delgadas.
La obesidad es una enfermedad crónica, que se produce por un desbalance entre el gasto y la ingesta energética. El exceso de energía es almacenado en las células adiposas las cuales se hipertrofian y/o aumentan en número. Las complicaciones médicas de la obesidad son secundarias a esta hiperplasia e hipertrofia de los adipocitos. El aumento del tejido adiposo tiene un efecto de masa” en los diferentes sistemas del cuerpo humano pero además, los adipocitos hipertrofiados secretan ácidos grasos libres y péptidos hormonales, tales como la adipsina o complemento D y la leptina. Estos últimos son los responsables que el adipocito se considere como una célula endocrina y el tejido adiposo como un órgano respectivamente. Sin embargo, desde una perspectiva fisopatológica la liberación de los ácidos grasos libres es el factor más importante.

Las complicaciones de la obesidad por lo tanto, pueden ser clasificadas en dos categorías fisiopatológicas, aquellas que ocurren por el aumento de masa grasa y las patologías secundarias a los cambios metabólicos antes descritos.
Hasta hace algunos, años las complicaciones de la obesidad infantil no eran clínicamente evidentes hasta varios años después de la aparición de la obesidad. Sin embargo, en la actualidad estudios clínicos en niños obesos han demostrado que ellos tienen riesgo de hacer una variedad de enfermedades asociadas a la obesidad y es así que existen pocos órganos que la obesidad severa no afecta durante la niñez.
La obesidad infantil se asocia con la mayoría de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular del adulto, tales como disilipidemia, hipertensión arterial, trastornos en la función ventricular izquierda, anormalidades en la función endotelial e hiperinsulinismo y/o resistencia insulinica. En el estudio de Bogalusa realizado en niños entre los 5-10 años en EE.UU., se vio que la obesidad aumentaba el riesgo de hipertensión sistólica en 4,5 veces. Estos niños tenían además, niveles séricos de colesterol LDL más elevados (Odds ratio OR = 3, elevado definido como > 130 mg/dl), de colesterol HDL más bajos (OR = 3,4, bajo definido como < 35 mg/dl), de triglicéridos elevados (OR 7,1, elevado definido como > 130 mg/dl) y de niveles elevados de insulina basal (OR 12,1, elevado definido como mayor al percentil 95). En el mismo estudio, se encontró que un 58% de los niños obesos entre 5 y 10 años, tenían al menos uno de estos cinco factores de riesgo cardiovascular, y que un 25% presentaban dos o más. En la actualidad, se sabe que la severidad de las lesiones ateroscleróticas asintomáticas en la niñez y en la adolescencia dependen del número de factores de riesgo cardiovascular, y que este riesgo aumenta en presencia de otros factores, tales como el sedentarismo y el tabaquismo.

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