Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

sábado, 20 de octubre de 2012

PALACIO DE BELLAS ARTES







El Palacio de Bellas Artes, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es la casa máxima de la expresión de la cultura del país, considerado el teatro lírico más relevante de México, y el centro más importante dedicado a las bellas artes en todas sus manifestaciones. La Unesco lo declaró monumento artístico en 1987.
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Fue encargado por el presidente mexicano Porfirio Díaz al final de su mandato con motivo de la celebración del Centenario del Inicio de la Independencia de México. Depende del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Este recinto alberga diversos escenarios y salas para la práctica y exposición de obras de arte. Destaca la gran sala de espectáculos. Tal tuvo un aforo para 1 977 personas, pero que después de la intervención de modernización perdió 300 butacas. El escenario es de veinticuatro metros de longitud.[1] En él se encuentra el gran telón antifuego (único en el mundo dentro de un teatro de ópera) con la imagen de los volcanes mexicanos Popocatépetl e Iztaccíhuatl, y un peso de 24 toneladas. Este telón fue encargado a la Casa Tiffany de Nueva York a modo de un enorme rompecabezas. En el techo de la sala se encuentra la lámpara de cristales, que fue diseñada por el húngaro Geza Marotti y en la que se representa al dios griego Apolo rodeado de las musas de las artes. La Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Teatro, la Compañía Nacional de Ópera y la Compañía Nacional de Danza presentan sus temporadas en este recinto. Entre los artistas que se han presentado en el palacio se cuentan Lola Beltrán, la primera intérprete de música ranchera en cantar con mariachi en este recinto con más de 17 presentaciones. La presentación fue ampliamente criticada por no corresponder a los fines para los que está destinado el recinto. El 23 de mayo de 1950 debutó en su escenario María Callas, cantando Norma. Ahí también se realizó la célebre función de Aída en la cual la Callas intercaló un célebre mi bemol al final del segundo acto de dicha ópera. La grabación de ese momento ha pasado a la historia. La Callas cantaría en tal escenario las dos únicas funciones de Rigoletto que dio a lo largo de su vida.
Además de María Callas, han estado en ese escenario María Tereza Montoya, Zubin Mehta, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Teresa Berganza, Birgit Nilsson, Marilyn Horne, Alexander Kipnis, Mstislav Rostropóvich y Rudolf Nuréyev. Las grandes orquestas del mundo también se han presentado ahí, como las orquestas filarmónicas de Londres, Nueva York, Viena, Moscú, Los Ángeles, la Real Filarmónica de Londres, la célebre Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, la Orquesta de París, la de Filadelfia, la Staatskapelle de Dresde, la Sinfónica de Montreal, y las Nacionales de España y China, entre otras. Sus espectáculos son muy variados, ya que se ha presentado música popular, jazz, danza tradicional e incluso ballet y, por supuesto, ópera, e incluso Les Luthiers.



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