Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

miércoles, 24 de octubre de 2012

Nido de las aves



LA VIVIENDA DE LAS AVES
 

Para la construcción de los nidos, las aves primero eligen el lugar del emplazamiento, luego recolectan los materiales y posteriormente lo construyen.

MATERIALES:

 De acuerdo con el ambiente que rodea y los elementos que consigan en su entorno, son diversos los materiales que las aves usan en la construcción de sus nidos: barro (carricero común, golondrina), espigas de gramíneas, espinas de coníferas, palos, ramitas, hojas, hierbas secas, telas de arañas, trozos de cordeles, restos de papeles, pedazos de telas, trocitos de papel de aluminio (urracas y cuervos), plumas, clavos, restos de piel, pelos, mechones de lana de oveja, crines, musgos, líquenes, y otros elementos que pueda conseguir, especialmente en cercanías de zonas urbanas.
 

FORMAS:

 Los nidos pueden ser de variadas formas, la más común es la forma de cuenco o copa. Le van formando la concavidad central aplastando con el pecho y las patas, a esa mezcla de barro o ramas y saliva. Hay casos, como los nidos de águilas, en que es un aglomerado de ramas amontonadas con un peso superior al de un automóvil. Hay aves que realizan sus viviendas con una consistencia débil, mientras que otras lo realizan en diversas capas, con revestimientos de barro y otros materiales, para lograr aislamiento y solidez.
Cada especie tiene un modelo de construcción, y no necesita de planos para su realización, solamente el instinto. La oropéndola de Baltimore realiza su nido en forma de bolsa que cuelga de una rama. El tejedor africano, que logra hacer nudos con su pico y sus patas, realiza un nido entretejido en forma de trompeta que consta de una cámara esférica con entrada tipo embudo, lo que le sirve para protegerse él y sus crías, de las serpientes. El tejedor aldeano construye su nido en forma de campana, colgando de una cuerda entretejida, de un árbol, y con la entrada en la parta inferior. El nido del mito mide unos 18 centímetros, está construido con pelos, telarañas, musgos y plumas; y tiene una entrada y lugar tan estrecho que la hembra se ve obligada a replegar la cola a lo largo de la pared para caber allí. Otro nido pintoresco es el del hornero, trabajado en barro, con dos cavidades interiores, y construido sobre un poste, árbol o elemento que le sirva de base.
Otras aves como el arao no construyen nidos.



LUGARES:

También los lugares elegidos varían enormemente. Mientras unos lo realizan directamente en el suelo ( escribano palustre), otros aprovechan las construcciones de edificios, campanarios, torres y hasta veletas, para emplazar su nido (cigüeñas, grajas, palomas), en cornisas, chimeneas, huecos o aleros (golondrinas, vencejos), o realizan dichos huecos en paredes o árboles (pájaro carpintero).



HUEVOS:

Los huevos varían en su color y tamaño de acuerdo a la especie a la que pertenezcan. Los hay muy grandes, como el del avestruz, que puede pesar alrededor de 1,5 kg; el del albatros, que pesa unos 500 gramos, y se incuba durante 80 días; el del emú de Australia, que pone huevos verde oscuros y a los días se transforma en negro brillante y alcanza un peso de 600 gramos. Los huevos más pequeños de todas las aves son los del colibrí, miden cerca de 1 centímetro de largo y pesan 0,35 gramos.
Los colores varían desde el blancuzco a los de colores oscuros, o con manchas, dibujos y arabescos multicolores.

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