Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

jueves, 18 de octubre de 2012

Historia del nacimiento de la música

Cuenta la leyenda que hace muchos años vivía, en un lugar de la tierra llamado Grecia, un ser bullicioso y alegre que pertenecía, por su poder sobrenatural, a la categoría de los dioses terrenales: era el dios Pan, y gustaba jugar con nueve hermosas e inteligentes hermanas llamadas Musas. Pan recorría todos los parajes silvestres: selvas, bosques, llanos y montañas, buscando hermosos regalos para ellas. 


Pensaba un día en algo diferente para obsequiar a sus amigas, cuando se le ocurrió una idea excelente: con mucha atención se puso a escuchar los sonidos que llegaban a sus oídos; a los más desagradables los llamó ruidos; quedaron entonces muy pocos sones agradables: solamente siete. Los producían los arroyos de aguas cristalinas, las hojas de los arbolitos agitadas por la brisa y los pájaros al cantar. 

También a estos sones, con su poder sobrenatural, los separó y los llamó notas, y los presentó como un obsequio a sus amigas, que agradecieron regalo tan delicado y lo repartieron entre ellas. Pensaban qué nombre 1^ darían a cada una, y Euterpe (que luego sería conocida como la Musa de la Música), opinó que todos los nombres debian ser muy breves y fáciles de recordar: fue así como las llamaron Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si. 

Entretanto, el incansable dios Pan tomó siete cañas de distinta longitud, las pegó con cera de abejas y, usando nuevamente su poder sobrenatural, encerró en cada caña una de las notas de tal manera que al soplar se podían reproducir los hermosos sonidos. Pan había construido el primer instrumento de viento: la flauta. 

Cuando Pan soplaba en la flauta, doncellas y pastores acudían a escuchar las melodías que nacían de combinar las notas de las musas; pronto se dijo que Pan tocaba muy bella música. Por eso Música, que significa arte de las Musas, es la combinación armoniosa de los sonidos musicales. 

En ese tiempo recorría el cielo y la tierra otro ser extraordinario: el apuesto dios Apolo, protector de las Bellas Artes. Cuando oyó la 
música, quedó maravillado de ese arte encantador recién nacido, y pidió a las musas le regalaran los siete sonidos musicales. 

Para guardarlos buscó el dios el caparazón de una tortuga y dos cuernos. Ató siete cuerdas finas a este aparato y en cada una de ellas sujetó una de las notas de las musas: así nació la lira, el primer instrumento musical de cuerdas. 

Al pellizcar o golpear Apolo las cuerdas, se oían las bellas melodías que creaba. 
Desde entonces ejecutaron los dioses la más bella música soplando la flauta o tañendo la lira. 

¿Quieren conocer un bello sonido musical? Tomen una copa de cristal, golpeen con firmeza aunque suavemente con un dedo y... ¿oyen? Una de las musas encerró allí su sonido, y ahora la copa lo emite. 

Más adelante conocerán los demás sonidos, podrán ejecutar bellas melodías y aprenderán a amar estearte maravilloso que es la música.

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