Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

jueves, 25 de octubre de 2012


              EL FRACASO ESCOLAR

El que un niño tenga problemas de rendimiento en la escuela genera mucha preocupación en los padres, no sólo por el futuro del niño sino porque es al mismo tiempo un problema económico (es bien sabido que el repetir un año de estudios tiene un alto costo).
De todas formas, es esencial el que los padres sepan que los problemas del aprendizaje se pueden manejar con éxito y a menudo con procedimientos muy simples. También, se debe tener presente la importancia de detectarlos y enfrentarlos a edad temprana, puesto que sus efectos pueden ir en paulatino aumento, agravándose en consecuencia.
Para ello es conveniente que los padres estén en condiciones de reconocer distintos indicios de esta problemática:
  • El niño tiene dificultades en entender instrucciones y cumplir con ellas.
  • Le cuesta recordar lo que se le acaba de decir.
  • Ya en un primer tiempo no logra adquirir las destrezas básicas de lectura, escritura y matemáticas, con los consiguientes fracasos en el trabajo escolar.
  • Presenta dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda. O, confunde el número 25 con el número 52, la "b" con la "d", y "le" con "el";
  • Tiene falta de coordinación tanto al caminar, jugar deportes o llevar a cabo actividades sencillas (sujetar un lápiz, amarrarse los cordones del zapato, etc.).
  • Pierden o extravía con facilidad el dinero para sus gastos, los libros de la escuela y otros.
  • No entiende el concepto de tiempo y se confunde con "ayer", "hoy" y "mañana."
Además, en esta área problemática es necesario distinguir dos grandes variedades de deficiente rendimiento escolar. Una, cada vez más común, es la del niño o adolescente que se niega a estudiar alegando razones aparentemente válidas que van desde el niño que dice que no le gusta estudiar amparándose en que, según la moda de turno en educación, los niños no deben ser obligados (sólo deben hacer lo que les gusta) al adolescente que desea vivir su vida, respaldado por el sacro derecho a la libertad preconizado por ideólogos de la nueva ola.
La otra corresponde a niños que presentarían algún indicio de psicopatología. En esta última problemática son muchos los factores que intervienen. Aquí le dedicaremos atención a algunos de los que aparecen más importantes y que son susceptibles de ser manejados con éxito por sus padres o las personas encargadas del niño.
Aunque en ciertos sectores médicos y pedagógicos existe la convicción de que muchos de estos problemas son de origen orgánico (p. ej.: algún tipo de alteración en el sistema nervioso central) el hecho es que pesan enormemente en estas dificultades factores que denominamos supraorgánicos, precisamente para subrayar su independencia de lo propiamente físico. Tal es el caso de problemáticas en relaciones humanas, convicción del niño de no tener recursos y otros.
Esta creencia en que el origen de problemas de este tipo es resultante de alteraciones orgánicas deriva especialmente de que a menudo estos niños son hiperactivos o tienen dificultades para concentrarse. Y debido a que determinadas drogas pueden mejorarlos en estos aspectos (con todos los riesgos de efectos secundarios, como es el caso del ritalín) los partidarios de la explicación orgánica se sienten respaldados en su convicción.
Sin embargo, la hipótesis de que influyen allí elementos supraorgánicos a su vez está sólidamente respaldada por el éxito de tratamientos en que no se recurre a ningún tipo de droga (Ver Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad ).
En todo caso, el tratamiento precoz es indispensable en todos estos casos debido al riesgo evidente de que las dificultades vayan en aumento. Así, un niño que no aprende a sumar en la escuela primaria eventualmente no aprenderá álgebra en la escuela secundaria. Además de que el fracaso lleva a la pérdida en la seguridad en si mismo (Ver en REGLAS DE SALUD MENTAL: Seguridad en si mismo y exoestima).
Nuestra opinión frente a este tipo de problemas es la de intentar los procedimientos sencillos que indicamos más adelante por parte de los padres y de los profesores que tengan la voluntad necesaria para ello. Porque la experiencia nos indica que en cantidad de casos ellos bastan para solucionar estas dificultades. Se puede evitar de esta forma tratamientos largos y de alto costo y los efectos iatrogénicos de algunos de ellos. De acuerdo con esto, sólo si no hubiera resultados satisfactorios habrá que recurrir a especialistas. En todo caso, estamos llanos a absolver consultas (a través de e-mail) sobre las posibles dificultades que se presenten en la puesta en práctica de las instrucciones en cuestión.
Sin embargo, previo a ello estimamos necesario que los interesados en llevar a la práctica las mencionadas indicaciones, tengan conocimiento de los factores que allí intervienen (etiología). Porque lo ideal es intervenir directamente sobre ellos y no sobre sus resultantes (los síntomas).

2 comentarios:

  1. Seria muy importante también mencionar algunas causas del fracaso escolar,entre las causas del fracaso escolar las podemos agrupar en tres tipos: las que tienen que ver con el propio estudiante, con el sistema educativo o con factores socio-económicos ajenos al sistema educativo. Entre los motivos relacionados con los estudiantes contamos con los que puedan ser sus necesidades especiales, que les dificultan seguir ciertas materias, y los que tienen que ver con su motivación.

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  2. El fracaso escolar no solo depende de factores socio-economicos, sino también familiares, hoy en día la economía en el ambiente familiar juega un papel muy importante, ya que muchos alumnos tienen que trabajar para apoyar a su familia, incluso hay quienes por trabajar muy temprano y al salir directo a la escuela ni siquiera se alimentan, lo que ocaciona que el alumno se desmotive e incluso tenga dificultad para aprender, ya que su situación lo limita a desarrollar todas sus potencialidades en el entorno escolar.

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