Los dispositivos de memoria flash se basan sobre una tecnología de chip
llamada Memoria Electrónicamente Programable y Borrable de Sólo Lectura (EEPROM,
por sus siglas en inglés).
Las USB usan una versión refinada de EEPROM. En sus primeras versiones, las
porciones individuales de datos en el chip tenían que ser borradas en forma
separada.
Era como tener una biblioteca en la que los libros estuvieran apilados, y en
la que para tomar un libro en la base de la torre hubiera que mover uno por uno
los tomos encima de éste.
Ahora, se pueden manejar múltiples celdas de memoria al mismo tiempo, lo que
permite que bloques enteros sean escritos y reescritos simultáneamente, como si
- en el ejemplo de la biblioteca - pudieran moverse los libros por lotes, en vez
de en forma individual.
Esto requiere una cantidad considerable de procesamiento dentro del chip, un
logro que se alcanzó gracias a avances recientes en el diseño del dispositivo y
en materia de miniaturización.
Gracias a ello, los USB pueden almacenar varios gigabytes de datos.
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